Tuve la inquietud de involucrarme en el mundo de la TerapiaAsistida con Perros en cuanto supe de su existencia, a partir de la firme ideaque siempre he sostenido, de que los perros nos pueden dar mucho más de lo queimaginamos. 

 

Empecé como voluntaria en unaasociación y en ese entonces yo pensaba que tendría que adquirir o adoptar unperro especial para poder trabajar como binomio, ya que no todos consideran queun terrier pueda ser perro de terapia. 

Asistí a un curso de AETANA Y ETOLOGÍA Y TERAPIAS para aprender a adiestrar a mi futuro perro, y ahí, al trabajar con Mateo, ledieron su voto de confianza. Me hicieron ver que tenía ya un buen perro a milado, porque el vínculo entre él y yo es fuerte, es un perro que disfruta muchoaprender cosas nuevas, juguetón, obediente y sumamente sociable, en especialcon los niños. Trabajamos algunos aspectos que había que mejorar también.Durante la Acreditación aprendí mucho, desde qué es y qué implica hacer terapiaasistida con perros, hasta etología y estrategias de crianza y educacióncanina, sin perder de vista el bienestar animal. Fue un viaje que disfruté deverdad y crecimos mucho como binomio. 

 

Actualmente trabajo junto conMateo de forma independiente, con otro binomio; de la mano de profesionales dela salud y de la educación, en escuelas y centros de terapia para niñosque tienen dificultades en el desarrollo y/o autismo. Los niños realizan susejercicios y aceptan los desafíos con gusto, porque para ellos, es la hora enque juegan con los perros. Trabajamos en conjunto con un psicoterapeuta encasos de fobia a los perros. También soy voluntaria en una asociación quealfabetiza pequeños en zonas marginadas, y realizamos una intervención comobinomio semanalmente, para motivar a los niños.

 

Mateo transmite a las personascon las que trabajamos, exactamente lo mismo que a mí (que es parte de suesencia) y que se puede resumir en una frase: Puedes lograr todo lo que tepropongas, y vencer tus miedos te abre un mundo de posibilidades.

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